The Royal Household of HM the King

11/12/2025 | Press release | Distributed by Public on 11/12/2025 06:01

Palabras de S.M. el Rey en la cena de gala ofrecida por el Presidente Xi Jinping y la Primera Dama Peng Liyuan

Estamos encantados de estar en China y profundamente agradecidos por la hospitalidad con la que Vuestras Excelencias y el pueblo chino nos han recibido.

Cuando en 1923 el escritor español Vicente Blasco Ibáñez llegó a esta tierra, quedó fascinado con el sonido de sus lenguas milenarias. "Es algo -dijo- que no puede oírse muchas veces en la brevedad de una vida humana". Al regresar la Reina y yo a este gran país con esa misma fascinación, al recorrer sus ciudades y hablar con sus gentes, hacemos nuestras esas palabras sobre el tiempo. Y, a partir de ellas, quiero hablarle del pasado, el presente y el porvenir de las relaciones entre nuestros países.

Empezaré, Señor Presidente, por el pasado. Hace algo más de cincuenta años, establecimos relaciones diplomáticas. Han transcurrido 47 desde el 1ero de tres Viajes de Estado de mis padres, los Reyes Juan Carlos I y Sofía, 22 de la creación del Foro España-China (poco después de mi primera visita como heredero en el año 2000) y 20 del establecimiento de nuestra Asociación Estratégica Integral. Hace 19 que la Reina y yo, aún como Príncipes de Asturias, hicimos el primero de nuestros viajes oficiales a este país, a Shanghái y a Beijing, celebrando el "año de España en China" en la antesala de los inolvidables Juegos Olímpicos de 2008 aquí en Beijing, en los que fuimos testigos presenciales de aquel magnífico despliegue ante el mundo. Y fue, Señor Presidente, en 2018 (hace justo 7 años) que tuvimos el honor ─ya como reyes─ de recibirle en Madrid, junto con la Primera Dama en su Visita de Estado a España, que ahora correspondemos.

Esos hitos ─por citar solo algunos─ nos hablan de más de medio siglo de viajes, de encuentros, de acuerdos: de construcción de un cauce institucional para una relación entre nuestros pueblos que se remonta, a los tiempos de la ruta de la seda o de nuestras legendarias embajadas del siglo XVI. Medio siglo es un largo trecho en la brevedad de una vida humana, pero es un abrir y cerrar de ojos en la historia de un país cuya alma, como decía también Blasco Ibáñez, "perdura inmutable a través de miles de años".

Porque China encarna la permanencia de las civilizaciones milenarias. Y hay en esa permanencia un sentido ético, una dignidad patente en rasgos de la sociedad china que admiramos, como el pragmatismo, la perseverancia y el afán de superación. Un árbol de raíz tan profunda que no solo da frutos para nuestros días, sino también para los días venideros: con sus avances, China no cesa de sorprender al mundo.

Señor Presidente,

Permítame hablar ahora del presente: China es, hoy, el principal socio comercial de España fuera de la Unión Europea. Nuestro comercio bilateral sobrepasó, el año pasado, los 50.000 M€. La inversión china en España está muy presente en energías renovables y la producción de vehículos eléctricos, y la inversión española en China lo está en sectores como la energía, los servicios y la consultoría. Más de 260.000 ciudadanos de origen chino residen y trabajan en nuestro país, contribuyendo a su crecimiento y prosperidad.

"...China encarna la permanencia de las civilizaciones milenarias. (…) Un árbol de raíz tan profunda que no solo da frutos para nuestros días, sino también para los días venideros: con sus avances, China no cesa de sorprender al mundo..."

La cultura es uno de los pilares más firmes de nuestro vínculo bilateral. China tiene más de 60.000 estudiantes de español y en 106 universidades se imparte nuestra lengua, que es, procede recordarlo, la segunda del mundo en número de hablantes nativos, tras el chino mandarín. Qué gran llave para entender el mundo tienen las personas que dominen ambas lenguas. Fruto de ese interés, España cuenta ya con dos centros culturales oficiales en China, dos centros Cervantes: uno en Beijing, que pudimos inaugurar nosotros en 2006, y otro más reciente en Shanghái.

El turismo crece, también, de forma sostenida. Con casi 650.000 turistas llegados en 2024, España se consolida como un destino preferente para el viajero chino por nuestro patrimonio artístico y cultural y la excelencia de nuestra gastronomía y de nuestros servicios. Porque somos un país, también, de hondas raíces, que se nutren de 3 grandes espacios: el Mediterráneo, el Atlántico y Europa. La apertura al mar, la amalgama de sustratos culturales, la creatividad y la voluntad de diálogo nos han hecho como somos: un país cuya historia ha tenido una enorme influencia en el devenir del mundo.

Sr. Presidente, quiero hablarle ahora del futuro. En un marco geopolítico complejo y lleno de incertidumbres, España cree imprescindible preservar un orden mundial basado en las normas, el multilateralismo y la cooperación. "Tengamos memoria -pedí en mi reciente intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas−. No olvidemos las duras lecciones que nos ha dejado el siglo XX. No abandonemos jamás, por difícil que sea, la búsqueda de la concordia". En el diálogo sobre cómo afrontar los grandes retos globales, la voz y el compromiso de China tienen y tendrán una enorme importancia.

Mirando hacia las próximas décadas, España y China aspiramos a seguir ahondando en una relación que haga especial hincapié en la innovación y la sostenibilidad. Celebramos el 20º Aniversario de nuestra Asociación Estratégica con un nuevo plan de acción que renovará y fortalecerá nuestra agenda bilateral, y que será refrendado, en el curso de este viaje, con la firma de acuerdos de interés estratégico en ámbitos como la economía, la agricultura, la ciencia y las universidades.

Señor Presidente,

Comenzaba mis palabras con un escritor español llegado a esta tierra en 1923 y las concluyo con una escritora española, Irene Vallejo, que, cien años después, ha recibido el prestigioso Premio de la Biblioteca Nacional de China por un hermoso ensayo sobre el origen de los libros, titulado "El infinito en un junco".

Cuenta ese libro que: "desde inverosímiles distancias, los mercaderes traen de China una maravillosa novedad: el papel. Si todo sucede en su justo momento, ese nuevo material llegará a las encrucijadas de Europa a tiempo para nutrir el despegue de las imprentas que revolucionarán la cultura occidental".

Esas palabras nos recuerdan que muchas de las grandes revoluciones tecnológicas de la humanidad fueron posibles gracias a un caudal de sinergias, de creatividad, de cooperación, entre oriente y occidente. Un caudal que ha brotado, a menudo, de esta tierra.

Brindemos juntos por China y España; y hagámoslo porque ese caudal siga alimentando nuestro futuro: en la brevedad de una vida humana y en la vasta extensión de la historia de nuestras naciones.

¡Salud! 干杯 (kan-péi)!​

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