11/21/2025 | Press release | Archived content
Los compuestos químicos con alto valor terapéutico a menudo vienen con una trampa imposible: existen en cantidades minúsculas en plantas raras, hongos u otras fuentes naturales. Extraerlos puede requerir toneladas de materia prima, dejando cicatrices ambientales, o demandar procesos petroquímicos tóxicos que producen residuos peligrosos. Durante décadas, los científicos intentaron superar estos límites utilizando la biología sintética: modificar células vivas para producir moléculas, pero escalar estos métodos del laboratorio a la fábrica siguió siendo un reto casi imposible. Los rendimientos eran bajos, las células se resistían a tareas ajenas y la producción a menudo no alcanzaba niveles comerciales.