UNICEF - United Nations Children's Fund

12/09/2025 | Press release | Distributed by Public on 12/09/2025 18:14

La Directora Ejecutiva de UNICEF advierte de la urgente crisis de protección en Sudán a medida que la violencia y los desplazamientos se intensifican

NUEVA YORK/PUERTO SUDÁN, 9 de diciembre de 2025 - Sudán enfrenta una de las crisis humanitarias más graves del mundo, marcada por la escalada del conflicto, el agravamiento del hambre y un nivel de desplazamiento de niños y niñas sin precedentes. En este contexto, durante su visita al país, la Directora Ejecutiva de UNICEF Catherine Russell ha pedido que se adopten medidas urgentes para proteger a los niños y niñas y defender los servicios esenciales que los sostienen.

En Sudán, se estima que 10 millones de personas han sido desplazadas -la mitad de ellas niños y niñas- y que más de 30 millones necesitan asistencia humanitaria. La situación es especialmente grave para los niños y niñas atrapados en zonas sitiadas y de difícil acceso, incluidas las regiones de Darfur y Kordofán, donde el acceso a alimentos, agua y suministros médicos sigue prácticamente suspendido.

"Los niños y niñas de Sudán están padeciendo violencia, hambre y miedo constantes", afirmó Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF. "Las mujeres y las niñas son las más afectadas por la crisis, ya que están expuestas a niveles alarmantes de violencia sexual. Necesitan recibir protección y servicios, además de la solidaridad internacional".

Durante su visita a Kassala, Russell conoció a mujeres y adolescentes que recibían apoyo psicosocial y capacitación técnica en un centro establecido con ayuda de UNICEF. Muchas habían escapado de la violencia y encontraron atención y seguridad en el centro. Sin embargo, este tipo de servicios son extremadamente limitados en los estados de Darfur y Kordofán debido a la inseguridad actual.

"Hablé con una niña llamada Nahed, que tenía solo 16 años cuando estalló la guerra. En ese momento se encontraba de visita en Jartum para celebrar el Eid con su familia", contó Russell. "Escaparon, pero la guerra les persiguió. Unos hombres armados atacaron su aldea: comenzaron a matar a muchas personas, entre ellas su abuelo y su tío, al tiempo que violaban o secuestraban a niñas. Nahed logró escapar, pero pasó mucho miedo. Sigue estremeciéndose al recordarlo".

En Darfur del Norte, los combates que tienen lugar en El Fasher y alrededores han obligado a más de 106.000 personas a escapar desde finales de octubre. Como resultado, los centros de recepción están saturados y lugares como Tawila se están convirtiendo en enormes asentamientos informales. Los niños y niñas desplazados llegan agotados, deshidratados y con necesidad urgente de protección, nutrición y asistencia médica. UNICEF está en el terreno proporcionando esos servicios, pero la inseguridad dificulta su respuesta.

Por si esto fuera poco, se ha declarado la hambruna en algunas partes de las regiones de Darfur y Kordofán, y hay peligro de que se propague. Las familias que intentan huir se enfrentan a rutas peligrosas, y quienes logran llegar a zonas más seguras a menudo lo hacen gravemente desnutridos, enfermos y angustiados. La labor de los organismos humanitarios suele verse impedida por la inseguridad en la entrega de suministros esenciales. Los niños y niñas que se encuentran en primera línea a menudo carecen de atención psicosocial, apoyo a supervivientes de violencia de género y otros servicios esenciales.

"Conocí a un niño que había huido de El Fasher y llegó a Kassala hace dos semanas", dijo Russell. "Me habló del miedo y la violencia que sufrió en El Fasher, y de cómo finalmente logró escapar a pie con su familia. Sin embargo, fueron detenidos varias veces por el camino por hombres armados que les pedían dinero para continuar. Fue una experiencia aterradora para él".

Pese a las graves limitaciones de acceso, UNICEF sigue prestando servicios en todo el país. Algunos esfuerzos recientes incluyen la identificación y el registro de niños y niñas no acompañados y separados, incluidas 200 reunificaciones en Darfur del Norte; asistencia contra la violencia de género, incluida la atención psicosocial, la remisión de casos y el apoyo en efectivo a las personas supervivientes; así como apoyo psicológico a miles de niños, niñas y cuidadores en zonas de alto riesgo.

UNICEF también ha restablecido el acceso al agua potable a cientos de miles de personas, y está utilizando clínicas móviles y las infraestructuras de sus aliados para prestar servicios de salud y nutrición, además de responder a los brotes de enfermedades como el cólera.

UNICEF pide que se ponga fin de inmediato a la violencia y que todas las partes respeten el derecho internacional humanitario, a fin de velar por la seguridad y la dignidad de todos los niños y niñas y de la población civil. Además, se ha de garantizar un acceso humanitario seguro y sin trabas, eliminar los obstáculos a la circulación de la ayuda y el personal y proteger a los trabajadores humanitarios. Asimismo, es extremadamente necesario ampliar la financiación flexible, especialmente en materia de protección de la infancia, violencia de género y apoyo psicosocial.

"Allá donde iba me encontraba con niños y niñas que me decían lo mismo: 'Todo lo que queremos para Sudán es la paz'", aseguró Russell. "El mundo debe intensificar sus esfuerzos para que ese deseo se haga realidad".

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