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IMF - International Monetary Fund

07/22/2025 | Press release | Distributed by Public on 07/22/2025 16:06

El balance de las cuentas corrientes mundiales se amplía, invirtiendo la tendencia de reducción

El balance de las cuentas corrientes mundiales se amplió considerablemente en 2024, en 0,6 puntos porcentuales del PIB mundial. Esta ampliación, una vez ajustada para tener en cuenta la volatilidad en torno a la pandemia y la guerra de Rusia en Ucrania, supone una inversión notable de la reducción que se venía produciendo desde la crisis financiera mundial y puede indicar un cambio estructural importante.

El Informe sobre el sector externo (ESR) de 2025, que acabamos de publicar, presenta el análisis más reciente de estos desequilibrios para las 30 economías más grandes, que en conjunto representan alrededor del 90% del producto mundial. Esta evaluación es parte fundamental del mandato del FMI de alentar la expansión equilibrada del comercio y el crecimiento económico, y de promover la cooperación monetaria internacional.

Es importante señalar desde el principio que los superávits o déficits externos no tienen por qué ser un problema y pueden ser deseables hasta cierto punto. Por ejemplo, en el caso de las economías jóvenes o de rápido crecimiento es deseable para financiar parte de su desarrollo económico con capital extranjero. A la inversa, las economías más envejecidas o menos dinámicas necesitarían ahorrar más y pueden obtener mayores rendimientos de las inversiones transfronterizas.

El informe ESR tiene la difícil tarea de evaluar cuándo los saldos de las cuentas corrientes son adecuados en términos generales, es decir, cuándo son coherentes con los fundamentos económicos de los países y las políticas recomendadas, y cuándo son excesivos, indicando posibles riesgos en el futuro para algún país en concreto o la economía mundial.

Tanto los déficits como los superávits excesivos pueden ser una fuente de riesgos.

El principal riesgo para los países con déficits excesivos es el rápido aumento de la prima de riesgo, que los llevaría a perder repentinamente el acceso al mercado y los forzaría a llevar a cabo un ajuste brusco y doloroso. Si el peso del país en la economía mundial es grande, o si está muy interconectado, la desaceleración económica asociada podría perjudicar a otros países.

Los superávits excesivos también generan riesgos. En primer lugar, si algunos países tienen superávits excesivos, también los hay en otros países, ya que, al reducir las tasas de interés, pueden provocar que otros países se endeuden en exceso. En los casos en que las tasas de interés mundiales no se ajustan a la baja -una trampa de liquidez-, el exceso en los superávits puede deprimir la actividad internacional, como he mostrado en mis investigaciones. Los crecientes superávits de las grandes economías también pueden crear graves desajustes sectoriales en sus socios comerciales y animar actitudes proteccionistas, con efectos perjudiciales para la economía mundial.

A menudo, los déficits o superávits excesivos ponen de manifiesto la existencia de distorsiones, como puede ser una política fiscal demasiado expansiva en países con déficit, o redes de protección insuficientes que generan ahorros precautorios excesivos en economías con superávit. Evaluar los saldos excesivos de las cuentas corrientes requiere realizar un análisis exhaustivo de los fundamentos económicos de los ahorros nacionales y las decisiones de inversión interna, así como de las políticas que los afectan. Se trata de un ejercicio imperfecto pero necesario.

Nuestro análisis para 2024 muestra que aproximadamente dos tercios de la ampliación del balance de las cuentas corrientes mundiales es de hecho excesiva. El incremento del exceso en los saldos es el mayor en una década, y se debe principalmente a China (+0,24% del PIB mundial), Estados Unidos (-0,20%) y, con mayor moderación, a la zona del euro (+0,07%).

El informe ESR confirma y amplía nuestro análisis de septiembre de 2024, y pone el énfasis en que la ampliación de los superávits comerciales de China y el aumento de los déficits comerciales de Estados Unidos apuntan a los desequilibrios macroeconómicos internos de cada país.

Por tanto, la solución adecuada debe tener su origen en las políticas macroeconómicas internas. Para Europa, esto significa gastar más en infraestructura pública y cerrar la brecha de productividad con Estados Unidos. Para China, significa reequilibrar la actividad económica hacia el consumo. Para Estados Unidos, perseguir la consolidación fiscal.

Desde esta perspectiva, algunos de los recientes acontecimientos resultan moderadamente alentadores. Las políticas internas avanzan en la dirección correcta: China y la zona del euro están aumentando el estímulo fiscal y la inversión pública. Según nuestro pronóstico de referencia de abril de 2025, la balanza mundial comenzaría a reducirse de nuevo. Pero los riesgos de deterioro siguen estando presentes. Los déficits públicos de Estados Unidos son excesivamente grandes, y la gran depreciación reciente del renminbi -junto con el dólar estadounidense- corre el riesgo de ampliar los superávits de la cuenta corriente en China.

En un marcado contraste, nuestro informe muestra que las barreras arancelarias en países con déficit, como Estados Unidos, afectan poco a los desequilibrios mundiales. Esto se debe a que los aranceles actúan como un shock negativo de oferta en los países que los imponen. Para suavizar el shock de ingresos, reducen tanto la inversión, que es menos rentable, como los ahorros, lo que deja los saldos de las cuentas corrientes prácticamente sin cambios.

El informe ESR confirma y amplía nuestro análisis de septiembre de 2024, y pone el énfasis en que la ampliación de los superávits comerciales de China y el aumento de los déficits comerciales de Estados Unidos apuntan a los desequilibrios macroeconómicos internos de cada país.

Por tanto, la solución adecuada debe tener su origen en las políticas macroeconómicas internas. Para Europa, esto significa gastar más en infraestructura pública y cerrar la brecha de productividad con Estados Unidos. Para China, significa reequilibrar la actividad económica hacia el consumo. Para Estados Unidos, perseguir la consolidación fiscal.

Desde esta perspectiva, algunos de los recientes acontecimientos resultan moderadamente alentadores. Las políticas internas avanzan en la dirección correcta: China y la zona del euro están aumentando el estímulo fiscal y la inversión pública. Según nuestro pronóstico de referencia de abril de 2025, la balanza mundial comenzaría a reducirse de nuevo. Pero los riesgos de deterioro siguen estando presentes. Los déficits públicos de Estados Unidos son excesivamente grandes, y la gran depreciación reciente del renminbi -junto con el dólar estadounidense- corre el riesgo de ampliar los superávits de la cuenta corriente en China.

En un marcado contraste, nuestro informe muestra que las barreras arancelarias en países con déficit, como Estados Unidos, afectan poco a los desequilibrios mundiales. Esto se debe a que los aranceles actúan como un shock negativo de oferta en los países que los imponen. Para suavizar el shock de ingresos, reducen tanto la inversión, que es menos rentable, como los ahorros, lo que deja los saldos de las cuentas corrientes prácticamente sin cambios.

En segundo lugar, la reciente escalada de las tensiones comerciales, junto con la amenaza de posibles tensiones financieras, el aumento de los niveles de deuda de Estados Unidos y el menor privilegio exorbitante estadounidense, podría haber causado que algunos inversores internacionales reevalúen su grado de exposición al dólar. Hasta ahora, la evolución de los mercados ha sido ordenada, con un incremento de la demanda de cobertura en dólares y una depreciación del 8% del dólar estadounidense desde enero, la mayor caída semestral desde 1973, si bien se ha producido tras el máximo de varias décadas alcanzado en 2024.

En tercer lugar, la innovación digital en las transacciones transfronterizas, como el auge de las monedas estables denominadas en dólares estadounidenses, podría reforzar el dominio del dólar, pero también podría crear riesgos para la estabilidad financiera.

Nuestro informe muestra que el sistema monetario internacional es estable, y que el dólar sigue dominando, aun cuando las posiciones externas de los principales países varían considerablemente. Si bien los riesgos de desajustes graves en el sistema monetario internacional parecen moderados, el rápido y considerable aumento de los desequilibrios mundiales puede generar importantes efectos de contagio transfronterizos negativos. Estos efectos exigen un esfuerzo concertado de reequilibrio tanto por parte de los países con superávit como con déficit.

Los países deben seguir mejorando su resiliencia con el fortalecimiento de sus fundamentos macroeconómicos internos, como es la creación de espacio fiscal y el fomento de marcos de políticas sólidos. Un riesgo importante para la economía mundial es que, en su lugar, los países respondan a los crecientes desequilibrios con nuevos aumentos de las barreras comerciales, lo que provocaría un incremento de la fragmentación geoeconómica. Y, si bien el impacto sobre los desequilibrios mundiales será limitado, el daño para la economía mundial será duradero.

IMF - International Monetary Fund published this content on July 22, 2025, and is solely responsible for the information contained herein. Distributed via Public Technologies (PUBT), unedited and unaltered, on July 22, 2025 at 22:06 UTC. If you believe the information included in the content is inaccurate or outdated and requires editing or removal, please contact us at support@pubt.io