UNHCR - Office of the United Nations High Commissioner for Refugees

10/01/2025 | Press release | Distributed by Public on 10/01/2025 07:21

“Victoriano Panadería”: Una familia que emprende para traer el sabor de Venezuela a Chile

Al llegar a Santiago, María Teresa y Víctor decidieron potenciar sus talentos y comenzar un negocio para difundir los sabores venezolanos. Él es el encargado de la producción y ella del marketing y publicidad, y juntos han comenzado un interesante camino para capacitarse a través de diversos programas impulsados por ACNUR, demostrando que, para cumplir los sueños, la edad no es un límite.

Cuando María Teresa (66) y su marido Víctor (70) llegaron a Chile desde Venezuela, se enfrentaron a una pregunta que muchas personas refugiadas y migrantes se hacen al llegar a otro país: ¿En qué vamos a trabajar? Ella se desempeñó como maestra por 37 años y él como técnico industrial, ahora ambos están jubilados. Al llegar a Chile, supieron de inmediato que la posibilidad de ejercer sus carreras profesionales era casi imposible, ya que salieron de su país sin ningún certificado que acreditara sus estudios y porque la búsqueda de empleo para las personas de la tercera edad es siempre un desafío.

El Embajador de Buena Voluntad de ACNUR, Osvaldo Laport (der.), visitó el emprendimiento de Víctor y María Teresa como parte de una iniciativa de visibilidad de ACNUR. Víctor aprovechó para compartirle algunos de sus secretos culinarios.

© ACNUR/Yhan Cancino

La manos expertas de Víctor preparan una bandeja de galletas listas para ser horneadas.

© ACNUR/Yhan Cancino
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Sin saber qué hacer, María Teresa recuerda que, para las fiestas de fin de año, y como era tradición en Venezuela, prepararon el típico pan de jamón para su hija y para regalarle a sus vecinos, hasta que uno de ellos tuvo una gran idea: ¿Por qué no venderlos? Con ese impulso, comenzaron su emprendimiento "Victoriano Panadería", el que fusiona el arte panadero venezolano y el chileno, mismo negocio que en Venezuela les permitió tener un ingreso extra.

La decisión no fue fácil, pero la convicción fue más fuerte que las dudas. "Sabíamos que la edad no era un límite. Ese pensamiento nos llevó a recuperar la ilusión y las ganas de demostrar que la experiencia es un capital valioso y que cada día trae la oportunidad de reinventarse. Es la certeza de que el tiempo vivido no es un freno, sino un motor que impulsa nuevos sueños", comenta María Teresa.

Víctor desde muy joven se interesó en la panadería ya que en su familia cada integrante tenía una especialidad culinaria. Con un horno de barro comenzó a potenciar ese talento: "Doy gracias de poder dedicarme a una actividad que me gusta. Me alegra poder difundir los sabores de mi país, como forma de agradecer a todos quiénes nos han recibido en Chile y debo decir que no ha habido un chileno o chilena que me diga que no le gusta mi pan", comenta Víctor entre risas.

© ACNUR

En "Victoriano Panadería" los roles están muy claros, Víctor se dedica a la producción de los productos y María Teresa a la publicidad y el marketing. Así, gracias a este pequeño negocio lograrían poco a poco autonomía económica y darían un gran paso para su proceso de integración en el país, además de ser un aporte para la economía local.

Uno de los principales desafíos que enfrentaron fue cómo cumplir con la normativa sanitaria chilena, que rige para todos los alimentos. Si bien se sintieron abrumados, dieron un primer paso en 2022 al inscribirse en un proyecto apoyado por ACNUR que ponía a disposición una cocina profesional, con resolución sanitaria, a emprendedoras y emprendedores gastronómicos tanto nacionales como refugiados y migrantes. Además, ofrecía acompañamiento profesional y personalizado para impulsar las ventas de sus productos.

"Acceder a este programa nos dio un empuje muy grande porque nuestros productos salían con resolución sanitaria, con el etiquetado como corresponde. Pudimos capacitarnos y, además, nos invitaron a participar de varias ferias de emprendimiento, accediendo a una vitrina muy importante", asegura María Teresa.

Luego de esa experiencia, ACNUR a través de distintas iniciativas, les facilitó implementos y máquinas para hacer crecer su panadería, además, les invitó a participar de otros proyectos que fueron planteando nuevos desafíos, como los talleres de capacitación digital que, organizados por la Vicaría Pastoral Social Caritas y CDI Chile, con el apoyo de ACNUR, buscaban impulsar la alfabetización digital y la digitalización de los negocios en las comunidades: "Cuando iniciamos nuestro negocio no sabíamos nada de temas digitales porque somos adultos mayores. Sabíamos que debíamos aprender, si no nuestro emprendimiento se iba a quedar atrás", comentó María Teresa.

A ello agrega: "Empezamos aprendiendo a manejar la computadora, teníamos miedo de que la fuéramos a dañar, pero gracias a estos programas, avanzamos muchísimo. Nos enseñaron también sobre redes sociales, lo que permite que nos conozcan y sea mi principal canal de ventas". Luego de tres años accediendo a estos talleres, ella ya maneja programas de diseño y el funcionamiento de redes sociales, tan necesarias para difundir su emprendimiento.

Víctor y María Teresa disfrutando de un momento familiar con su nieto Gabriel.

© ACNUR/Yhan Cancino

Víctor y María Teresa preparando sus productos junto al Embajador de Buena Voluntad de ACNUR, Osvaldo Laport.

© ACNUR/Yhan Cancino
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Como una inyección de energía, "Victoriano Panadería" obtuvo el reconocimiento "Emprendedores del año 2023" por parte de CDI Chile. Sus dueños también se plantearon el desafío de medir sus conocimientos como un paso importante para perfeccionarse. Es así como, luego de meses de estudio y preparación, en 2023 María Teresa y Víctor obtuvieron una certificación en el área gastronómica, en el perfil ocupacional de manipulación de alimentos, a través de un innovador programa de certificación de competencias laborales implementado por ChileValora e impulsado por ACNUR y otras agencias del Sistema de Naciones Unidas en Chile. Además, ella certificó sus habilidades y capacidades laborales como maestra de cocina, en un programa de ACNUR destinado a mujeres.

Este matrimonio no solo está feliz por sus ventas y sus cerca de 700 seguidores en Instagram, también dicen estar muy agradecidos por las puertas que se les han abierto: "Me siento acogida, querida en este país, lo que me ha permitido hacer redes de apoyo muy importantes. En un principio me costó adaptarme, por el clima, por mi timidez, pero poco a poco fui dándome cuenta de que hay seres humanos muy valiosos en Chile y que ACNUR fue la puerta para comenzar, para emprender", comenta María Teresa.

Pese a todos estos logros y avances, ellos no se detienen. Sueñan con masificar sus productos en el mercado chileno y en la posibilidad de realizar cursos a jóvenes para transmitir sus conocimientos para que la cultura panadera artesanal se mantenga.

UNHCR - Office of the United Nations High Commissioner for Refugees published this content on October 01, 2025, and is solely responsible for the information contained herein. Distributed via Public Technologies (PUBT), unedited and unaltered, on October 01, 2025 at 13:21 UTC. If you believe the information included in the content is inaccurate or outdated and requires editing or removal, please contact us at [email protected]