UNHCR - Office of the United Nations High Commissioner for Refugees

07/23/2025 | Press release | Distributed by Public on 07/23/2025 17:45

Hola, estimada persona a la que le llegó mi carta

Cada sobre contenía un universo: el de La mariposa, donde el dolor se convirtió en alimento. El de Elena, que se desplazó con una maleta llena de sueños. El de Faruk y su familia, que reconstruyeron un hogar lejos de casa. El de Yesica, que transforma un anhelo en poesía.

Estas historias ocurren en América Latina y el Caribe, una región que, a finales de 2024, acogía a 21,9 millones de personas desplazadas por la fuerza, asistidas o protegidas por ACNUR. A pesar de los desafíos, sus testimonios son el reflejo de un compromiso histórico de esta región con la solidaridad: el que hace posibles nuevos comienzos, incluso en contextos difíciles.

Aunque cada carta refleja una experiencia única, todas revelan algo en común: la fuerza de comenzar de nuevo lejos de casa.

Un propósito que alimenta

Al llegar a Panamá, un país totalmente desconocido, La Mariposa cargaba con un dolor profundo en las entrañas, cicatrices dolorosas en el cuerpo y el alma y dos niños.

"No voy a negar que hay momentos donde quiero tirar la toalla porque ser extranjera me limitó muchas cosas, pero doy gracias a Dios que Panamá me abrió las puertas cuando pensé que todo estaba perdido. Siento que tengo un compromiso con este país, no vine a pedir nada, solo quiero ser parte de ustedes".

Ese compromiso la llevó a fundar Madres en Acción, una comunidad de 18 mujeres que hoy alimenta a más de 100 niños en San Miguelito, una municipalidad humilde en las afueras de la ciudad de Panamá. "Para bendecir a otros siempre tiene que haber un sacrificado, esta vez me tocó a mí", dice.

Las palabras en estas cartas vienen cargadas de verdad, de dolor y miedo, pero también de esperanza. Al llegar a Panamá, La Mariposa transformó su dolor en un compromiso: hoy lidera una comunidad que alimenta a más de 100 niños en San Miguelito, demostrando la fuerza de empezar de nuevo.

© ACNUR/Melissa Pinel

Yesica dejó atrás el dolor y las noches en la calle para comenzar de nuevo en Panamá, donde sueña con convertirse en escritora. "Hoy tengo la historia, solo falta su atención en esta tinta", escribe en su carta.

© ACNUR/Melissa Pinel
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La maleta de sueños

Elena, tuvo que huir de su Colombia natal, "un territorio maravilloso, lleno de paisajes, atardeceres hermosos y gente muy amable y querendona", y cruzó la frontera hacia Ecuador con el corazón en la mano. En su carta escribe:

"Nunca pensé que llegaría ese día en el cual me tocaría irme y dejarlo todo. Nos tocó huir, sí, sencillamente huir para salvaguardar nuestras vidas y la de mis hijos (…) No me juzgues. No sabes lo que llevo en mi maleta".

La maleta de Elena no lleva ropa ni objetos de valor, sino sueños. Pide no ser juzgada por su color de piel, por su acento, ni por la idea equivocada que a veces se tiene de quien huye.

© ACNUR

Entre empanadas y palabras shébere

Las cartas cruzaron fronteras y también crearon puentes de amistad. Niños y niñas enviaron dibujos, contaron hobbies, y hablaron de comidas, colores y canciones preferidas.

Juan Pablo, un chico venezolano de 13 años que vive en Quito, Ecuador, contó que le gusta el fútbol, le encantan los animales y sueña con conocer nuevos países. Desde Iquique (Chile), Nelson - también amante del deporte, le respondió que tenían "harto en común" y planteó una consulta: "no sé si en tu país se escucha tanto la palabra shébere, en mi escuela sí, porque es una escuela multicultural".

Arantza, de 8 años, escribe que es "de 2 países: Venezuela y Ecuador". En su carta declara que le gustan las empanadas. Astrid, una niña peruana que vive en Chile, sin dudarlo le respondió "Si vienes a Chile, podemos ir las dos a comer empanadas".

Aunque extraña su país y su cultura, en Ecuador Ketty aprendió a soltarse y agradece el apoyo y la mano que la ayudaron a seguir adelante.

© ACNUR/Omar Ganchala

Niñas y niños desplazados en Ecuador enviaron cartas con dibujos y sueños a niñas y niños en Chile, creando puentes de amistad entre "shébere" y empanadas compartidas.

© ACNUR/Santiago Proaño

En Ecuador, personas desplazadas por la fuerza plasman en cartas sus recuerdos y sueños, compartiendo con el mundo la fuerza que las impulsa a empezar de nuevo.

© ACNUR/Omar Ganchala
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Reconstruir un hogar lejos de casa

Antes de llegar a Chile, Farouk estaba dedicado al servicio a la comunidad. Tenía un buen trabajo y vivía rodeado de afectos y con una rutina estable, lejos de imaginar que tendría que dejarlo todo atrás. Sin embargo, sus ideas sociales, su activismo y sus acciones con la comunidad, lo transformaron en un blanco de hostigamiento y persecución. Lo que comenzó como una participación comprometida con su entorno se volvió en una amenaza para quienes querían silenciar esas voces. Fue así como, en medio de la incertidumbre y el temor, se vio obligado a abandonar su país, dejando atrás no solo su trabajo, sino también vínculos, raíces y sueños construidos con los años.

"La vida está llena de sorpresas, y no siempre son agradables", comparte en su carta. Convertirse en refugiados fue un giro inesperado para su familia, que hasta entonces solo había conocido esas historias a través de una pantalla. Chile les abrió las puertas, les ofreció respaldo y les permitió reconstruir lo perdido. Descubrieron que "un país desconocido puede darte el calor de un hogar".

Al finalizar su carta, envía un mensaje lleno de gratitud: "Saludos a quienes viven para hacer vivir, a los que tienen el corazón lleno de bondad".

Estudiantes de la Escuela Centenario de Iquique, en Chile, intercambiaron cartas con niñas y niños en Ecuador.

© ACNUR/José Miguel Cartagena

Una tinta que espera ser leída

Yesica sobrevivió noches en la calle, días comiendo de la basura y el dolor de abandonar su país, Colombia. Pero también conoció la bondad en su nuevo hogar: "bendito sea Dios que mi vida iluminó, de gente buena el destino me rodeó, y hoy en Panamá no existe más opción, a ser feliz este país me invitó, y su cultura hermosa poco a poco me enamoró".

En su carta comparte un deseo profundo: ser escritora. "Una sola oportunidad le pido a la vida… Para cumplir el sueño de aquella pobre niña, ser escritora ella quería. Hoy tengo la historia, solo falta su atención en esta tinta".

Estas son algunas de los cientos de cartas que circularon y llegaron a manos de autoridades, periodistas, artistas, organizaciones de la sociedad civil y el público en general. Historias de personas que tuvieron que dejarlo todo para salvar sus vidas, y que hoy intentan volver a empezar, con dignidad y con amor desde los países en los que se encuentran.

© ACNUR

Del otro lado, también llegaron mensajes de aliento como: "Dices en tu carta que tu camino no siempre estuvo acompañado de arco iris. Te entiendo"; "Estoy seguro de que vendrán días mejores"; "Te agradezco por ese gran don que tienes de servir a nuestro país". Palabras poderosas, que demuestran que las sociedades desean empatizar y tenderse la mano.

La región de las Américas ha demostrado que la acogida y la integración son posibles y fortalecen a toda la sociedad. Sin embargo, para lograrlo se necesitan recursos. Los recortes de financiación han obligado al ACNUR a reducir actividades esenciales que permiten la integración de personas como las que escribieron sus cartas. Para evitar nuevos desplazamientos y promover soluciones duraderas, ACNUR necesita apoyo de la comunidad internacional, el sector privado y actores financieros y de desarrollo.

Al final, eso es todo lo que muchas personas refugiadas esperan: que su historia no se pierda en el silencio. Que alguien, del otro lado, esté dispuesto a recibirla y responder con un gesto de apoyo y humanidad.

UNHCR - Office of the United Nations High Commissioner for Refugees published this content on July 23, 2025, and is solely responsible for the information contained herein. Distributed via Public Technologies (PUBT), unedited and unaltered, on July 23, 2025 at 23:45 UTC. If you believe the information included in the content is inaccurate or outdated and requires editing or removal, please contact us at [email protected]