 The Royal Household of HM the King
The Royal Household of HM the King
10/31/2025 | Press release | Distributed by Public on 10/31/2025 07:04
Antes de comenzar quiero transmitir nuestra solidaridad a los pueblos de Haití, Jamaica y Cuba, duramente afectados por el huracán Melissa. En estos momentos de dolor y pérdida, enviamos nuestro apoyo y esperanza para todos los afectados.
Quiero agradecer a todos los ponentes y participantes que han hecho posible que Madrid sea estos días un punto de encuentro de nuestro espacio iberoamericano, a través de este congreso, que nace con una decidida vocación de permanencia y para promover la reflexión, el diálogo y la acción -en y desde Iberoamérica- para afrontar los grandes retos globales.
Gracias a la SEGIB y a Congreso Futuro por hacer posible esta iniciativa, a la que deseamos los mayores éxitos.
Pensando en este primer congreso que quiere poner en valor la contribución de nuestra Comunidad Iberoamericana al debate global, la memoria me lleva a recordar unas palabras que compartí hace un año en el Encuentro de Academias Hispanoamericanas de la Historia y que ahora, en este contexto, cobran, si cabe, un mayor sentido. Decía entonces que lo esencial en nuestra relación -la de todos los países iberoamericanos- era apoyarnos en lo que nos une, en nuestras afinidades, para encontrar juntos respuestas prácticas, útiles, equilibradas y que lleguen a todos.
Y es mucho -muchísimo- lo que nos une. Nuestra Comunidad Iberoamericana tiene una fuerza singular: una historia compartida y una diversidad que nos enriquece. Esa combinación de tener fuertes raíces comunes y miradas plurales nos permite aportar al mundo una perspectiva única, capaz de conectar profundamente regiones y continentes, generaciones y formas de pensar; y de articular sus voluntades y aspiraciones, sus ideas y afectos.
Y al hablar de nuestras afinidades y de nuestra capacidad de conexión, no puedo dejar de mencionar la celebración, dentro de dos semanas, de la cuarta Conferencia Internacional de las Lenguas Portuguesa y española (CILPE); una cita que pone de relieve la hermandad y la vitalidad de nuestras dos grandes lenguas ibéricas e iberoamericanas, que simbolizan el poder del entendimiento mutuo y su prometedor futuro.
"...es mucho -muchísimo- lo que nos une. Nuestra Comunidad Iberoamericana tiene una fuerza singular: una historia compartida y una diversidad que nos enriquece. Esa combinación de tener fuertes raíces comunes y miradas plurales nos permite aportar al mundo una perspectiva única, capaz de conectar profundamente regiones y continentes, generaciones y formas de pensar ..."
Desde esta perspectiva geopolítica y geo-lingüística, debemos subrayar la oportunidad que ofrece este congreso, que pone el foco en los grandes temas que nos afectan como sociedades; temas cercanos a la ciudadanía y que demandan respuestas colectivas: la reconfiguración del orden mundial; los desafíos que plantean la IA, la digitalización o la sostenibilidad, o la adaptación que inevitablemente requerirán nuestras democracias, ciudades, universidades y sistemas productivos ante los cambios globales.
Temas que nos invitan a reflexionar sobre cómo la ciencia y la cultura pueden contribuir no solo al progreso, sino a que éste sea más humano, con los valores humanistas, las libertades y los derechos humanos como referencia y límite; sobre cómo el futuro del trabajo en una economía digital plantea nuevos retos en la formación y el empleo; sobre cómo la educación debe preparar a las nuevas generaciones para desenvolverse en entornos de cambio constante; o sobre la necesidad de mantener vivo nuestro sentido de comunidad iberoamericana, del que todos nos sentimos profundamente orgullosos y que forma parte esencial de nuestra identidad.
Iberoamérica ha demostrado, una y otra vez, su capacidad para generar ideas, impulsar la creatividad y ofrecer respuestas constructivas a los desafíos de nuestro tiempo. En esta línea, destacan la Carta Iberoamericana de Principios y Derechos en los Entornos Digitales y la Carta Medioambiental, aprobadas en la Cumbre de Santo Domingo de 2023, que reflejan el compromiso regional con una transformación digital centrada en las personas y una transición verde sostenible. A ello se suman las redes en materia de Agua, Cambio Climático, Biosfera o meteorología cuyo objetivo es promover una colaboración amplia en temas de gestión, tanto de los recursos hídricos, como de los desastres naturales, que a todos nos afectan, y que debemos abordar desde la prevención y fortaleciendo nuestra capacidad de respuesta.
Igualmente, relevantes son los programas, como, por ejemplo, de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), el de los Derechos de las Personas con Discapacidad o la Alianza Iberoamericana de Enfermedades Raras (ALIBER), que ha realizado el primer "Estudio del movimiento asociativo de las enfermedades raras en Iberoamérica" y que busca visibilizar esta problemática en foros multilaterales y articular respuestas regionales.
En coherencia con ese espíritu de compromiso, este congreso quiere ser un espacio de promoción del conocimiento y de impulso del pensamiento compartido, donde la ciencia, la educación, la cultura y la tecnología dialoguen entre sí para ofrecer soluciones comunes.
Apostar por el conocimiento es, pues, nuestra mayor fortaleza. Iberoamérica tiene mucho que aportar a la conversación global: conocimiento, talento, innovación, sensibilidad y una profunda vocación de cooperación. Esa es, precisamente, la vocación que comparte nuestra Comunidad y que guía este congreso.
Por eso, más que un encuentro institucional, este congreso es una valiosa oportunidad para seguir pensando juntos el papel de Iberoamérica en el mundo. Y lo hacemos con la mirada puesta en la próxima Cumbre Iberoamericana de 2026, que acogerá España, un espacio donde podremos seguir profundizando en esta reflexión colectiva y transformar las ideas en compromisos concretos.
Cuenten con España para seguir construyendo ese futuro compartido.
        Muchas gracias y enhorabuena por esta iniciativa.