UNHCR - Office of the United Nations High Commissioner for Refugees

10/24/2025 | Press release | Distributed by Public on 10/24/2025 14:14

Sembrando esperanza para un futuro mejor a través de la agricultura en Sudán

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En Sudán, años de conflicto armado han desplazado a millones de personas y han interrumpido la producción de alimentos en vastas zonas del país. Ante el colapso de los sistemas agrícolas, las familias luchan por acceder a alimentos nutritivos, obtener ingresos y satisfacer sus necesidades más básicas. Para muchas comunidades afectadas por el desplazamiento y la inseguridad, el cultivo de alimentos se ha vuelto cada vez más difícil, si no es que imposible.

Para ayudar a abordar estos retos, ACNUR y sus socios, en colaboración con la Fundación Mastercard, están implementando una agricultura resistente al clima en las zonas afectadas por el desplazamiento. La iniciativa ofrece acceso a tierras, herramientas, semillas y formación técnica a 20.000 personas refugiadas, desplazadas internas y miembros de la comunidad de acogida. También incluye apoyo en materia de riego, agricultura colectiva y acceso a servicios financieros y de ahorro.

El objetivo es ayudar a las comunidades a restablecer la producción de alimentos, mejorar la nutrición de los hogares y fortalecer los medios de vida. Las actividades agrícolas se adaptan a las condiciones locales y los participantes reciben formación en prácticas sostenibles que favorecen la recuperación a largo plazo.

En el estado del Nilo Blanco, donde más de 370.000 personas refugiadas de Sudán del Sur han buscado resguardarse, estas iniciativas ya están teniendo un impacto en la vida cotidiana de la población.

Haifa Bakhit, de 19 años, huyó de Jartum con su madre en abril de 2023, cuando se intensificó la violencia. Ahora vive con su familia extensa en una comunidad de acogida y participa activamente en el programa agrícola. Haifa se unió a una granja colectiva apoyada por el proyecto y rápidamente se involucró en todas las etapas del ciclo de cultivo.

"Lo dejamos todo. Mi padre se quedó atrás y no hemos sabido nada de él desde entonces", cuenta.

Trabajar la tierra ha dado a Haifa un nuevo sentido a su vida. Ella y su madre contribuyen a cada paso del proceso de producción: cavar, sembrar, deshierbar y preparar la cosecha.

"Hemos participado en todo el proceso agrícola, preparando la tierra, sembrando, deshierbando. Cuando cosechemos, recibiremos una parte del trigo y contribuiremos a un plan de ahorro colectivo", señala.

En el estado de Nilo Blanco, Sudán, los refugiados y la comunidad de acogida trabajan la tierra a través de la iniciativa de agricultura climáticamente inteligente de ACNUR, con el apoyo de la Fundación Mastercard. Con acceso a semillas, riego y agricultura colectiva, las familias desplazadas están convirtiendo tierras áridas en cosechas, alimentando a sus hijos hoy y generando ahorros y resiliencia para el futuro.

© ACNUR/Mohamed Ahmed Ishag

Más allá de la granja colectiva, Haifa piensa en el futuro. Ha recibido semillas de hortalizas a través del programa y ahora espera cultivar alimentos en casa, un esfuerzo que podría mejorar la nutrición de su familia e incluso generar ingresos adicionales.

"Hemos recibido semillas de hortalizas para cultivarlas esta temporada y tengo mucha curiosidad por cultivar verduras, me da esperanza, algo que esperar con ilusión".

El tranquilo optimismo de Haifa demuestra cómo el acceso a la tierra y a las herramientas puede abrir nuevas posibilidades, desde la supervivencia diaria hasta la recuperación a largo plazo.

En el campamento de refugiados de Khor Al Warel, James Abal aporta décadas de experiencia vivida a la iniciativa agrícola. Padre de seis hijos, huyó de Sudán del Sur en 2016 y desde entonces vive en el campamento. De niño, James perdió un brazo durante los enfrentamientos étnicos. Años más tarde, durante el desplazamiento forzado, también perdió la prótesis de su mano. Al llegar al campamento sin equipo ni apoyo, James temía que sus días como agricultor hubieran quedado atrás.

"Cuando llegué al campamento, no tenía nada, ni siquiera herramientas. En mi país solía trabajar", explica.

El proyecto ayudó a James a reconectar con una actividad que conoce bien. Se unió a una granja colectiva y se le asignó una responsabilidad acorde con sus capacidades: proteger los cultivos de los animales. Su equipo le acogió con confianza y amabilidad.

En el estado de Nilo Blanco, Sudán, los refugiados y la comunidad de acogida trabajan la tierra a través de la iniciativa de agricultura climáticamente inteligente de ACNUR, con el apoyo de la Fundación Mastercard. Con acceso a semillas, riego y agricultura colectiva, las familias desplazadas están convirtiendo tierras áridas en cosechas, alimentando a sus hijos hoy y generando ahorros y resiliencia para el futuro.

© ACNUR/Mohamed Ahmed Ishag

"Me acogieron en una granja colectiva. Debido a mi discapacidad, me asignaron la tarea de proteger la granja de los animales, y el grupo me apoyó con comidas y amabilidad".

Sigue siendo una parte integral del equipo y se enorgullece de sus progresos. Tras meses de esfuerzo, los campos de trigo están casi listos para la cosecha. James y sus compañeros agricultores cuentan con la cosecha para alimentar a sus familias y dar el siguiente paso en su recuperación.

"Esperamos obtener 100 sacos de trigo, y cada miembro recibirá dos sacos. Eso es suficiente para alimentar a mi familia. La próxima temporada, esperamos cultivar verduras y venderlas en el mercado".

Para James, el grupo agrícola es más que un medio de vida: es una fuente de dignidad, propósito y comunidad. Al mirar hacia el futuro, sus esperanzas van mucho más allá de la cosecha.

"Espero conseguir una nueva prótesis de mano y más apoyo para que mis hijos sigan yendo a la escuela. Pero, sobre todo, espero que haya paz en Sudán y en nuestra comunidad", afirma James.

A través de granjas compartidas y actividades grupales, el proyecto está creando oportunidades para que las familias desplazadas reconstruyan sus vidas. Los participantes están aprendiendo habilidades prácticas, fortaleciendo los sistemas alimentarios locales y forjando vínculos entre las comunidades de refugiados y las de acogida.

En colaboración con la Fundación Mastercard, ACNUR y sus socios están ampliando estos esfuerzos, ayudando a personas como James, Haifa y miles más no solo a sobrevivir, sino a prosperar, reconstruir y llevar adelante a sus comunidades.

UNHCR - Office of the United Nations High Commissioner for Refugees published this content on October 24, 2025, and is solely responsible for the information contained herein. Distributed via Public Technologies (PUBT), unedited and unaltered, on October 24, 2025 at 20:14 UTC. If you believe the information included in the content is inaccurate or outdated and requires editing or removal, please contact us at [email protected]