07/29/2024 | Press release | Archived content
En un condominio tranquilo a las afueras de Neiva, Huila, vive una joven que personifica la verdadera esencia del coraje y la esperanza. Nacida el 9 de abril de 2008, Valerie enfrentó desde el primer suspiro de vida serias complicaciones médicas que derivaron en una parálisis cerebral. Sin embargo, lo que podría haber sido una limitación insuperable se convirtió en una plataforma para su increíble resiliencia y determinación.
Desde muy pequeña, Valerie ha estado rodeada por el inquebrantable amor de sus padres, Yina Milena Rodríguez y Yeison Gómez, quienes junto a su hermanito Ángel de cuatro años, forman un pilar fundamental en su vida. "Mi mamá es el motor de mi vida", dice Valerie con una sonrisa llena de gratitud. Fue su madre quien la enseñó a enfrentar la vida con valentía, a caminar sola y a no rendirse ante las dificultades.
Valerie estudia décimo grado en el Colegio Campestre Padre Arturo y es aprendiz en la línea de articulación con la media de SENATEC; programa en alianza entre el MinTIC, el SENA y la OIT. Ha encontrado en la tecnología una herramienta poderosa para su desarrollo personal y académico. "Aprender tecnología es fundamental para los seres humanos", asegura Valerie, quien destaca la paciencia y alegría de su instructora en Programación de Software Diana Lucía Cortés, como factores clave en su aprendizaje.
Su vida no ha sido fácil. A los siete años, Valerie pasó por dos cirugías complejas en sus piernas, donde le intervinieron el fémur y le pusieron tornillos y platinos para mejorar su marcha. Estos desafíos físicos no han disminuido su espíritu; al contrario, la han fortalecido. La fisioterapia ha sido una constante en su vida, permitiéndole conocer a otros niños con discapacidades y compartir un viaje común de recuperación y superación.
Valerie es una joven muy sociable y alegre, conocida por su independencia y valentía. Ella considera su parálisis cerebral como una gran prueba de Dios, una oportunidad para demostrarse a sí misma y al mundo que puede lograr cualquier cosa que se proponga. En su tiempo libre, le gusta leer, entrenar y jugar bocha, un deporte para personas con discapacidades físicas severas o parálisis cerebral. "Me gusta el bocha porque puedo usar mis manos, estoy empezando a jugar y me hace sentir capaz", comenta con entusiasmo.
Mirando al futuro, Valerie sueña con estudiar Relaciones Internacionales, viajar al extranjero y conocer muchos países. Su mayor motivación es ayudar a personas necesitadas, demostrando que, a pesar de las adversidades, se puede tener una vida plena y significativa. "La vida es para estar feliz", afirma con el tono de sabiduría que caracteriza sus palabras.
A otros jóvenes, especialmente aquellos que poseen una discapacidad, les aconseja: "Siempre luchen por alcanzar sus sueños, usen las herramientas tecnológicas para hacer el bien y mantengan una perspectiva positiva de la vida".
Valerie agradece al programa SENATEC por brindarle, sin ningún costo, la oportunidad de adquirir nuevas habilidades para su futura vida laboral. Su historia, marcada por la fe y la perseverancia, es ejemplo y luz de esperanza para todos los que tienen el privilegio de conocerla. En cada paso que da, Valerie demuestra que la verdadera fortaleza no se mide por las dificultades que enfrentamos, sino por la capacidad de superarlas con amor y determinación.