10/02/2025 | News release | Archived content
FRANJA DE GAZA, Territorio Palestino Ocupado - «Los dolores de parto empezaron a las 4 de la mañana, pero no había nadie que pudiera ayudarme», recordó Yasmeen, una partera en la ciudad de Gaza. «Sentí que podríamos morir tanto yo como mi hijo por nacer».
Su esposo se apresuró a buscar ayuda, pero no había ambulancia disponible y nadie podía llevarlos a un hospital. Yasmeen se preparó para el parto. «Les pedí a mis hijos que pusieran un colchón en el suelo. No tenía analgésicos. No tuve más remedio que traer al mundo a mi propio bebé».
Yasmeen trabajaba en el departamento de maternidad y neonatología del Hospital Al-Shifa, pero después de que el centro sufriera graves daños por los continuos ataques israelíes, ya no puede prestar servicios de salud materna. Estos se han transferido al Hospital de Maternidad Al-Helou, donde el UNFPA proporciona kits de salud reproductiva, medicamentos y suministros de cuidado posparto.
«Mis hijos pequeños lloraban aterrados mientras yo sufría frente a ellos», relató Yasmeen. «No sabía qué me iba a pasar en los próximos minutos».
Actualmente, solo 15 centros de salud en Gaza pueden prestar atención obstétrica y neonatal, cuatro de los cuales están en la ciudad de Gaza, y todos están desbordados por el número de pacientes y la escasez de camas y suministros esenciales. Los medicamentos, los artículos sanitarios, el equipo quirúrgico y hasta los trabajadores de la salud se van agotando, ya que pocos lugares se han librado de los ataques.
Cada semana, en Gaza, al menos 15 mujeres dan a luz fuera de un centro de salud, sin una partera cualificada, lo que pone en riesgo la vida tanto de la madre como del recién nacido, como fue el caso de Yasmeen, quien recordó: «Agarré su cabeza y su cuerpo y sentí que todos los sonidos se detuvieron; solo podía escuchar la voz de mi bebé y la mía».
Después de dar a luz de manera segura, cortó rápidamente el cordón umbilical de su bebé, lo vistió y comenzó a amamantarlo.
Una crisis sin precedentes
Yasmeen indicó haber visto muchos casos de mujeres embarazadas que sufren lesiones devastadoras. A una mujer le amputaron una pierna y una mano, y poco después perdió su embarazo por la pérdida de sangre.
«No tenía nada que decirle a esa madre para apoyarla psicológicamente, después de todo lo que había perdido», se lamentó, «pero reuní fuerzas y lidié con la situación convirtiéndome en su principal apoyo».
El UNFPA estima que hay 55.000 mujeres embarazadas atrapadas actualmente en un ciclo de desplazamientos, bombardeos, hambre grave y malnutrición, sin contar con un lugar donde buscar ayuda médica. Aproximadamente 130 bebés nacen cada día en toda Gaza, más de una cuarta parte de los cuales lo hacen por cesárea. Alrededor de uno de cada cinco recién nacidos nace prematuramente o sufre de bajo peso al nacer y otras complicaciones.
«La situación es catastrófica. Nuestra sala de emergencias ahora recibe más de 1.000 niños cada día».
La gente huye al sur de la ciudad de Gaza tras los continuos bombardeos durante la primera quincena de septiembre. © UNFPA Palestina/Yasmeen SousEn el Complejo Médico Nasser, en la ciudad de Gaza, el Dr. Ahmed, director del Departamento de Pediatría y Salud Materna, declaró que «la situación es catastrófica. Nuestra sala de emergencias pediátricas ahora recibe más de 1.000 niños cada día, lo que es diez veces el volumen de casos normal. Al mismo tiempo, hay 200 recién nacidos en cuidados intensivos, a pesar de que solo tenemos capacidad para 40».
El Dr. Ahmed afirmó que hasta tres bebés a menudo comparten una sola incubadora. «Solo en las últimas 24 horas han muerto 13 niños aquí, incluidos 10 mortinatos y 3 bebés prematuros que murieron en incubadoras».
«También estamos funcionando con un bajo nivel de líquidos intravenosos, antibióticos, desinfectantes, esterilizadores y otros suministros médicos esenciales».
Los nacimientos prematuros, los abortos espontáneos y los mortinatos están aumentando entre las mujeres embarazadas y las nuevas madres en Gaza, ya que se ven debilitadas por el hambre extrema (en muchos casos, por la hambruna), la desnutrición grave, el agotamiento y el miedo constante causado por el desplazamiento y los bombardeos.
«El deterioro de su salud las hizo incapaces de llevar sus embarazos a término», explicó el médico.
Madres y bebés muertos en el parto
La partera Sahar describió cómo una amiga suya entró en trabajo de parto a los siete meses de embarazo mientras estaba atrapada en el asediado barrio de Zeitoun, en la ciudad de Gaza. «No tenía nada que usar para el parto, ni siquiera guantes», comentó al UNFPA.
«Usé un cuchillo calentado sobre el fuego para cortar el cordón umbilical del bebé y pañuelos perfumados como vendajes».
Actualmente, el UNFPA cuenta con más de 125 parteras capacitadas y equipadas desplegadas en centros de salud y entre comunidades para prestar apoyo a la salud reproductiva y brindar asistencia en los partos de emergencia. No obstante, desde enero de 2025, la Organización Mundial de la Salud ha registrado más de 175 ataques contra centros de salud en la Franja de Gaza, y más de 100 trabajadores de la salud han sido asesinados solo en 2025.
«Usé un cuchillo calentado sobre el fuego para cortar el cordón umbilical del bebé».
La partera Jenin, de Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, apoya a mujeres embarazadas desde una tienda de campaña que instaló en la zona de Mawasi. © UNFPA Palestina / Media ClinicLa propia Sahar casi fue atacada por drones cuando intentaba ayudar a otra mujer en trabajo de parto. «No podía acercarme porque estaban disparando a cualquiera que se moviera. Me quedé a distancia, gritando instrucciones, pidiendo a los transeúntes que le dijeran a la madre que respirara», relató.
El recién nacido no tuvo la misma suerte. «Cuando finalmente llegué, ya había salido la cabeza del bebé; estaba azul. Traté de reanimarlo, pero necesitaba una incubadora, que era imposible de encontrar».
Dar a luz en medio de la adversidad
Sahar describió uno de sus partos más difíciles como aquel en el que prestó asistencia sin acceso a suficientes suministros. «La paciente sufrió una severa hemorragia posparto. No había sangre disponible, no había manera de trasladarla y ningún médico podía venir. No pudimos detener el sangrado y ella murió, dejando huérfano a su recién nacido».
«Me quedé a distancia, gritando instrucciones, pidiendo a los transeúntes que le dijeran a la madre que respirara».
El UNFPA sigue sobre el terreno en la ciudad de Gaza y tiene previsto ampliar sus servicios en el sur para cubrir la creciente demanda de evacuaciones forzadas. Junto con sus asociados, el UNFPA ha abierto un hospital de maternidad de campaña en Nusierat, cerca de la ciudad de Deir al-Balah, y un centro de salud en la zona de recepción de Al Rashid.
Recientemente se ha concedido la entrada de suministros limitados que ya se están distribuyendo, pero las necesidades son abrumadoras y, si las instalaciones sanitarias que aún funcionan en la ciudad de Gaza se ven obligadas a cerrar, el sistema de salud perderá más de la mitad de su capacidad total de camas para la atención materna y neonatal.