11/06/2025 | Press release | Distributed by Public on 11/07/2025 13:47
Discurso del Presidente Javier Milei en la Cena de Gala del CPAC en Mar-a-Lago, Miami.
Buenas noches a todos. Es un gusto estar nuevamente en los Estados Unidos, una nación con la que compartimos el amor por las ideas de la libertad y con la cual hemos retomado - exitosamente - nuestra relación como aliados naturales en la región. También es un placer ser parte de otra edición de CPAC, a cuyos organizadores agradezco por la invitación y por el privilegio de dirigirme - una vez más - a todos ustedes.
Gracias, Matt, a Mercy y a todos los presentes. Estamos felices de poder festejar entre amigos y semejante la rotunda victoria que hemos logrado, en las elecciones intermedias, este último 26 de octubre. En el momento más difícil, cuando todos creían que nuestro Gobierno estaba terminado y los comunistas se relamían pensando en volver peores, el 41% de los argentinos eligió ratificar la confianza en nuestro rumbo de la libertad. Y esto es fundamental, porque llegamos al poder con ideas, que hace tan sólo cinco años eran consideradas marginales y radicales, en el debate político de nuestro país. Cumplimos con todas nuestras promesas, llevamos las ideas a la realidad y - ahora - esa realidad fue respaldada por la mayoría. Esto puede representar un nuevo paradigma en la política global de cara al futuro, donde surjan nuevos referentes que traten a los miembros, de la sociedad como adultos, en lugar de infantilizarlos con excusas para agrandar el Estado cada vez más.
Estamos demostrando que hacer lo correcto funciona y, además, nunca hemos dejado de lado la batalla cultural, porque hacemos, pero también explicamos y luchamos contra un sentido común contaminado por la izquierda. Como bien explica el profesor Jesús Huerta de Soto en su obra, nuestro camino, el camino de la libertad y el capitalismo, funciona porque es moralmente correcto, tiene los valores bien puestos y es justo. Ser libre significa disponer libremente de nuestro tiempo de vida para trabajar o hacer lo que queramos.
Al ser dueños de nuestro trabajo, también nos pertenece por definición el derecho al fruto de dicho trabajo, que no es otra cosa que la propiedad privada. Pero el punto es que el respeto por la vida, la libertad y la propiedad privada, y los valores adyacentes - como el mérito y el esfuerzo - que, muchas veces, llamamos valores judeocristianos, generan en sí mismos eficiencia en la cooperación económica entre las personas. Tal como dijo el profesor Huerta de Soto: "la justicia y la eficiencia son dos caras de la misma moneda, ya que lo justo no puede ser ineficiente y lo eficiente debe ser justo". Fue gracias a ceñirse a estos principios que la humanaidad logró sacar a más del 90% de la población de la pobreza, en los últimos 200 años. Es decir, nosotros no creemos que el capitalismo sea moralmente correcto, por el hecho de sacar a más del 90 por ciento de la población global de la pobreza, sino que logró sacarlos de la pobreza precisamente por ser el modelo más moral de todos los existentes.
Por el contrario, cuando se transita el camino del socialismo o del comunismo o cualquier tipo de colectivismo con distinto nombre, algunos ahora lo llaman socialismo democrático, primero se genera un daño moral en la sociedad, bajo la cual se justifica el robo a unos para beneficiar a otros; luego, cuando los que son expropiados del fruto de sus esfuerzos, hartos del expolio, se van a otra jurisdiccin, donde los respeten, comienza el daño económico por la huida del capital.
Argentina emprendió dicho camino, durante los últimos 100 años y quedó al borde del colapso. Y - en 2023 - decidió cambiar radicalmente de camino y abrirse a la libertad.
Por eso quisiera repetir algo que dije la noche en que ganamos las elecciones; durante - los últimos dos años - nos dedicamos a evitar que la Argentina cayera por el precipicio. Durante - los próximos dos años - tenemos que afianzar el camino reformista que emprendimos para dar vuelta - de una vez y para siempre - la historia argentina. La elección del 26 de octubre fue histórica para nuestro país. En primer lugar, porque obtuvimos una diferencia de 16 puntos, respecto al kirchnerismo. Y lo hicimos, a pesar de sus constantes embates desestabilizantes, dado que - a través del Congreso - buscaron incesantemente quebrar las cuentas públicas y a través de los medios nos calumniaron con operaciones de desinformación monstruosa. Pero también fue histórica porque nos ha permitido ganar - en el Congreso Nacional - las bancas necesarias para seguir llevando adelante el proceso de reforma más ambiciosa de nuestra historia.
De esa manera seguiremos construyendo los cimientos sobre los cuales se dirigirá, una Argentina, que dejará de atravesar - una y otra vez - ciclos de fracaso para poner otra vez la mirada en el futuro. Y no quiero dejar de destacar, en este duro contexto, el apoyo incondicional de nuestro gran aliado Estados Unidos. Y me gustaría aclarar el apoyo incondicional de nuestro gran aliado, Estados Unidos, en medio de este contexto duro que hemos enfrentado. Gracias a ustedes.
El Presidente Trump, el Secretario Scott Besen, el Secretario Marco Rubio, toda la administración tuvieron un gesto inédito, que los argentinos no olvidaremos jamás y que quedará marcado para siempre como un hito de nuestras relaciones bilaterales. Tanto la administración Trump como la nuestra - de alguna forma - encarnan el espíritu de la época, un giro hacia la verdad, hacia el optimismo de mercado, hacia recuperar el contacto con los valores occidentales. Me hace muy feliz - como argentino y Presidente - que esta afinidad natural se haya convertido en una acción concreta de lucha por las ideas que nos hicieron grandes.
Gracias a la muestra invaluable de apoyo por parte de nuestro gran aliado, Argentina resistió los embates estabilizadores y ahora se encamina hacia un futuro de prosperidad y crecimiento, para hacer grande a la Argentina nuevamente. A propósito de esto, los socialistas, en nuestro país, nos acusan de entregar nuestra soberanía a los Estados Unidos. Ellos entienden por soberanía el destruir la moneda nacional, multiplicar la pobreza y la miseria, humillar a las fuerzas armadas y llenarse la boca con eslogan vacíos y por eso su modelo de país soberano es Cuba o Venezuela.
Nosotros entendemos que la verdadera soberanía sólo puede alcanzarse con crecimiento económico y la única forma de crecer es integrándose al mundo, comerciando más, generando más inversión y elevando así la calidad de vida de nuestra gente. Por eso, en los próximos años, el efecto político del crecimiento será clave.
Cada punto de crecimiento del PIB significará bajas tarifas, decenas de miles de menos pobres y decenas de miles de menos votos por la izquierda. Esto solo no alcanza y por eso insistimos con la batalla cultural, pero es innegable que el crecimiento económico es el primer y el mejor educador político con el que contamos, porque nada es más elocuente que vivir bien. También por eso sostengo que este es el momento de apostar por Argentina. Somos un país con un potencial hasta ahora desaprovechado, lleno de oportunidades de inversión y con una población con ganas de salir adelante. Gracias a las reformas que impulsaremos - mediante el nuevo Congreso - sentaremos las bases de una nación libre, próspera, y que reciba con los brazos abiertos a quien quiera invertir en ella. Como dice, nuestra Constitución Nacional, nuestro objetivo es promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros mismos, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar- legalmente - el suelo argentino.
Quisiera dedicarles estas palabras sobre todo a los neoyorquinos, que emprendieron el camino inverso al que emprendió Argentina, y ahora van a vivir bajo un gobierno comunista. Sepan que si la cosa se pone complicada, siempre serán bien recibidos en nuestra tierra, si buscan prosperar. No tengo dudas de que habiendo superado ya la tormenta, seguiremos el ejemplo del Presidente Trump, en este hermoso país y haremos a la Argentina grande nuevamente.
Que Dios bendiga a la República Argentina. Que Dios bendiga a los Estados Unidos de Norteamérica. Que las fuerzas del cielo nos acompañen. ¡Y viva la libertad, carajo!