01/24/2025 | Press release | Distributed by Public on 01/24/2025 15:10
Una familia sudanesa llega a la ciudad fronteriza de Adre, en Chad, en octubre de 2024, después de huir de la violencia en la región de Darfur, en Sudán.
GINEBRA - Nuevas guerras, conflictos no resueltos y un aumento en los desastres relacionados con el clima generaron niveles alarmantes de muerte, destrucción y desplazamiento el pasado año, obligando a las operaciones de ACNUR a nivel mundial a responder a las crecientes necesidades humanitarias.
Según el Informe de Impacto 2024: Respuesta a nuevas emergencias y crisis prolongadas publicado hoy, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, declaró 26 nuevas emergencias el año pasado, siete en el nivel más severo. En total, ACNUR dio respuesta o gestionó 43 emergencias, incluidas 17 que se mantienen desde 2023.
"Lamentablemente, el número de crisis a nivel mundial sigue siendo extremadamente alto, pero ACNUR se despliega rápidamente donde más se nos necesite, por tierra, mar y aire", declaró Ayaki Ito, Director de la División de Emergencia, Seguridad y Suministros de ACNUR. "La integración de mejores tecnologías en nuestros sistemas está aportando una mayor eficiencia. El perfeccionamiento de los sistemas de alerta temprana y el análisis de datos han mejorado la forma en que proporcionamos asistencia y ayuda a estar mejor preparados para cuando surjan nuevas emergencias".
Por segundo año consecutivo, ACNUR proporcionó respuesta de emergencia a la brutal guerra en Sudán y a su impacto a nivel regional, que refleja la persistencia y magnitud de las necesidades. Asimismo, se emitió una declaración de emergencia para proteger y brindar ayuda vital a los refugiados y desplazados en el Líbano y Siria.
Los fenómenos climáticos extremos, especialmente las fuertes lluvias e inundaciones severas, obligaron al ACNUR a emitir la cifra récord de nueve declaraciones de emergencia relacionadas con el clima en un solo año para apoyar a las comunidades desplazadas por la fuerza y de acogida en África, Asia y América Latina -es decir, aproximadamente 1 de cada 3 de las declaraciones de emergencia en 2024 se debieron a fenómenos climáticos-. Los desastres relacionados con el clima impactaron áreas que ya albergaban a refugiados y personas desplazadas por la guerra, empeorando los brotes de enfermedades y destruyendo medios de vida e infraestructuras críticas.
Durante 2024, ACNUR aumentó su respuesta en toda África para garantizar la inclusión de las poblaciones desplazadas por la fuerza en respuesta al brote de mpox y reforzó las operaciones para abordar las crisis -actuales y agudizadas- en la República Democrática del Congo, Myanmar, Ucrania y el Darién.
"Nuestro personal está presente en 130 países, al tiempo que tenemos equipos adicionales preparados para ser desplegados", agregó Ito. "Trabajan las 24 horas para aliviar el sufrimiento con asistencia de primera necesidad, en coordinación con socios y personas refugiadas para encontrar soluciones. Pero la financiación no está a la altura de las crecientes necesidades. El apoyo flexible y temprano de los donantes resulta crucial para permitirnos actuar de inmediato, donde sea necesario".
ACNUR envió 5,1 millones de artículos de asistencia humanitaria por valor de 45,8 millones de dólares (USD) desde siete almacenes globales para asistir a alrededor de 6 millones de personas el año pasado. Esto se suma a los suministros de emergencia preposicionados para ser desplegados desde los almacenes regionales y locales. Asimismo, ACNUR formó a 240 empleados y socios en respuesta a emergencias, los cuales están listos para ser desplegados en un plazo máximo de 72 horas; 132 personas fueron desplegadas el año pasado para contribuir con su experiencia en diferentes áreas, como prevención de la violencia de género hasta la gestión de campamentos, salud, datos o logística. Cerca de 9 millones de personas desplazadas accedieron a información desde los sitios web de ayuda de ACNUR.